martes, abril 29, 2008

Día 270, lunes

Estaba sentado, frente a la computadora, tratando de llenar una página en blanco, cuando de pronto empecé a escuchar una serie de voces que llegaban a mi cabeza desde un mar de interferencia. Era como una estación de radio a la que es difícil agarrar en la frecuencia adecuada. Por un momento, intenté descifrar qué era lo que decían aquellas voces, afinando el oído y tratando de escuchar con más atención. Pero resultó inútil. No me interesaba lo que decían aquellas voces. Además, estaba con Dylan en el Winamp, tratando de escribir cualquier cosa, pensando en que Hank Moody, el personaje de Californication, es un cuero total. Probablemente, las voces me querían advertir de muchas cosas. Como, por ejemplo, que soy el muñeco del ventrílocuo, un cobarde y medio gay servidor de Lucifer. Tal vez éste haya sido un intento de contacto extraterrestre, o un mensaje de mí mismo desde el futuro. Pero no. Yo estaba muy ocupado, pensando en que David Duchovny por fin se libró del mal estigma dejado por Fox Mulder, su personaje en los X-Files, ¡y ha vuelto a la tele como siempre lo quisimos ver!